lunes, 14 de abril de 2014

Capitulo 8 Los que ya no se demoran 2ª Parte

Las aguilas dejan al grupo en un paso de montaña sembrado de ruinas de lo que antaño fue un prospero nucleo de comercio de los hombres del norte, llamado Haycombe. Irime y Galión optan por descansar a la sombra de un muro con un mullido césped. Rodwen vigila el camino que llega desde el oeste a la espera de la llegada de los elfos grises de Rivendel. Bern logra cazar una cabra montesa y se dan un merecido festín de costillas y carne asada. Los elfos comen expectantes al espectaculo dantesco que ofrecen los personajes devorando la cabra.
Con la tripa llena y sin nada mas que hacer que esperar se tumban a echar una siesta. Galión se ofrece a vigilar de mientras.
Pero aunque los orcos ya no son ningun impedimento para terminar su misión, una sombra sale etereamente desde las oscuras profundidades de Dol Guldur, la fortaleza abandonada, hacia ellos a toda castaña.
Pronto el sueño placido va tomando forma y todos caen en una ilusión producto de la hechicería del Rey del Patibulo. Violeta despierta como un enano de Moria, Bern como un beornida tratante de pieles y Rodwen como una mujer del norte junto a su  hermano. Todos creen realmente la ilusión en la que están atrapados menos Irime que ahora es una simple elfa sindar de Eregion pero que ha descubierto el engaño. Galión se ha transformado en un juglar, pesado y sin sentido alguno de la verguenza. Todos beben dentro de una posada cuando fuera escuchan la llegada de su alcalde protector que ha vuelto de luchar contra las fuerzas del maligno al sur de Bosqueverde el grande.

El heroe entra en el pueblo seguido de sus hombres ,con sus armaduras cubriendoles todo el rostro.Pero cuando todos los del pueblo esperan oir buenas nuevas , el acalde comienza  a reir y a dar espadazos entre la multitud que huye aterrorizada. Todos los soldados imitan a su lider y clavan sus armas en los campesinos sin piedad alguna. Los pj´s se refugian en la posada y acaban con varios enemigos , pero pronto se rinden ante la amenaza de quemarlos vivos dentro del edificio con mas inocentes. Son encadenados y tratados vilmente por sus captores, mientras les llevan durante lo que creen que son varias semanas de dolor y torturas. Los entregan a los orcos de DolGuldur para terminar en una miserable mazmorra.
Dias con poco o nada que beber y comer , salvo agua corrompida y chuscos de pan mohoso. Las enfermedades pronto dan buena cuenta de la mayoria de los esclavos y van quedando un pequeño grupo.
Un dia se abre la puerta y entra un hombre con sencillas pero elegantes vestiduras, trayendo una bandeja de suculenta comida. Nada de la bazofia que han soportado hasta ahora sino carne asada, pan recien hecho y cerveza fria. Se presenta como Annatar.
-No es necesario que sufrais aquí abajo. El amo de este lugar tiene a su servicio a enanos, hombres y otros elfos. Arrodillaos ante él, aceptadle como vuestro señor y se os concederá un lugar de honor sirviendole. Es mejor vivir que morir,¿no?-.
Cuando por respuesta del enano recibe un escupitajo, el hombre chasquea sus dedos y la cara de este se abre como si mil heridas se hubieran abierto en su rostro. El beornida al ver el espectaculo de dolor del enano se da la vuelta y pregunta por su chusco de pan mohoso diario. Pero el juglar ve aceptable su oferta y pronto se unirá a su causa.-¿Acaso el honor se come?.¡No quiero morir aquí.¿Que diferencia ahi ante quien se arrodille uno?-.
Al dia siguiente los orcos sacan a rastras al hermano de Rodwen y le echan a un foso donde es golpeado brutalmente por una bestia sedienta de sangre.
 La mujer del norte solo pide que cure a su enfermo hermano que yace agonizando desde hace dias. Annatar accede si ella se une a su causa. En este momento todos dejan de ver la escena que cambia a la elfa
luchando magicamente contra una sombra .
Lucha onírica de Irime
La celda se llena de una luz verdosa proveniente de la sombra ,con una vaga apariencia humanoide, pero superfil se mueve y se distorsiona conforme avanza hacia la elfa. La sombra extiende unos dedos de oscuridad con los que aferra a la espectral Irime. El espiritu habla a traves del ya muerto cuerpo del hermano de Rodwen, los labios rojos y ensangrentados y su mandibula se mueven y una voz espectral voz resuena en la celda.
-¿Sabeis que ha hecho la bruja noldor?. No se atreve a luchar conmigo a solas, por lo que os arrastró a este sueño para defenderse.Eso es lo que hacen los elfos,¡utilizar a otros como peones!. Desprecian a los hombres por su poder. A los enanos por su habilidad. Ni siquiera confian en su especie para defenderse.Abandonadla a su suerte y podreis despertar-.
Al mandarlo al guano el espiritu sisea,-¡Compartid su destino entonces!-.
Pasan la tirada para ver si prevalece Irime contra la sombra.
Se despiertan entre la ruinas y ven a Irime, con una rodilla en tierra ante el sol naciente, luchando contra un horror sombrío que flota en el aire, pero ella no le tiene miedo alguno. Alza la mano y la luz del sol brilla en su anillo que desvanece a la sombra, mientras el amanecer comienza a iluminar las montañas.
Pronto se dan cuenta que Galión ha desaparecido y no hay rastro de él.
Escuchan una compañia de jinetes que se acerca por el oeste liderada por los señores elfos Elladan y Elrohir. Vienen a toda prisa puesto que su padre Elrond de Rivendel sintió una presencia oscura. Irime explica la batalla pero se apenan por el tragico destino de Galión, seguramente atrapado para siempre en el sueño.
Irime se vuelve hacia ellos para despedirse: -"Amigos sigo mi viaje. Temo que la oscuridad se está acercando de nuevo y no me quedan fuerzas para luchar. Parto hacia el Oeste pero os dejo mi bendición"-.
En ese momento el pajarillo que solia acompañar a Irime vuelve del este y parece decirle algo a la elfa."Parece que vuestra misión no acaba aquí. El sabio Radagast el pardo pide por vuestra ayuda".
 Se despide y marchan sendero abajo en dirección al valle oculto de Imladris.
Y su camino vuelve hacia el este atravesando las ruinas silenciosas, donde no hay señal alguna de orcos o de la pesadilla vivida camino a Dol Guldur.


Mientras dos cuencas espectrales les observan desde las ruinas de Haycombe. 
  

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