lunes, 21 de abril de 2014

Capitulo 12 Guaridas de enanos mezquinos

La compañia sigue el camino del norte atravesando las nuevas granjas que se han establecido en la zona,acercandose a las lindes del bosque Negro. Al principio ni siquiera el ingrato tiempo invernal les fatiga pues viajan cruzandose con una multitud de campesinos y mercaderes que quieren llegar a Valle, Lago y Erebor antes de que el invierno caiga con fuerza sobre los caminos.
Pero mientras van pasando los dias la cantidad de gente que se cruzan va menguando hasta que contemplan el camino desierto y frio. Ni siquiera las patrullas del Rey Bardo llegan hasta donde ya han llegado ellos.
Una noche contemplan un resplandor lejano como a dos dias de distancia, que dura toda la noche según todos los que siguen haciendo guardia.
Los peores temores se confirman. Una granja incendiada hasta los cimientos. Lo unico que queda de ella son el gallinero y el arco de piedra que guardaba la entrada de la casa, con las piedras ahora teñidas de negro por el fuego. Tras una tirada de explorar ,distinguen mas de una decena de pies de orco dirigiendose al bosque Negro.  Violeta encuentra huesos humanos en una hoguera cercana. Imaginar la escena de hace horas pone a prueba la esperanza de la hobbit, que pasa la prueba.

Siguen su camino desviandose del camino principal hacia el Norte. Rodwen capta que un par de sombras mas grandes que las de cualquier pajaro normal les sigue a traves de las nubes. Las indicaciones señalan que la primera guarida estaría en las colinas cercanas a las montañas Grises. Pero un derrumbe mayor no solo parece haber tapado la entrada sino la caverna entera. Desisten de seguir en la zona y emprenden la marcha hacia la segunda guarida.
Vuelven al camino principal 4 dias despues de haberse desviado hacia el norte. Hay todavia mas rastro de orcos por el camino que la vez anterior que estuvieron en el camino. Pronto se topan con un problema mayor que un rastro frio de pisadas de orcos. Un rio de agua y ramas atraviesa el camino y parece peligroso vadearlo sin más.

Bern cruza habilmente a nado el torrente y atando varias cuerdas a un par de tocones a modo de puente colgante. Los enanos cruzan con las mulas y con Violeta encima de uno de los animales. Rodwen se da cuenta de que alguien les observa desde la colina de atrás. Se gira y ve a un orco montando un huargo que les observa con tranquilidad, como si calculase a su presa. Pero antes de que Rodwen consiga dispararle una flecha, este ya ha desaparecido tras la colina del camino. Rodwen atraviesa a toda prisa el paso de cuerdas y lo desmantelan para que no puedan aprovecharlo para cruzar.
El invierno se recrudece mientras tormenta tras tormenta de nieve les retrasan en el camino. Cuando llegan a la entrada de la guarida observan un rastro extraño. Como de maquinaria con la que hayan quitado piedras enormes que ahora yacen a un lado de las dos construcciones que siguen en pie y que se adentran en la montaña. Hasta los enanos están boquiabiertos con la clase de ingenieria que han utilizado. Violeta guia la expedición con el enano escriba, el mercader y Rodwen.
Bern y el enano guardaespaldas montarán el campamento.

Una hora despues de entrar se ven forzados a parar porque todo lo que hubiera dentro se ha convertido en una profunda y oscura sima que se pierde hacia abajo. Lo unico que consiguen descubrir es que todo se vino abajo por culpa de una trampa que saltó no hace mucho.

En el exterior las nubes empiezan a rodear el campamento y Bern escucha un ruido de una de las mulas. Al llegar donde están atadas las mulas, solo encuentra un madero roto y cuerdas deshilachadas. Bern avisa al enano para que se quede a cubierto justo cuando una mula cae desde el cielo junto a él. La criatura cae entre rocas cercanas produciendo un golpe enfermizo. Una sombra pasa cerca de Bern que rueda para que no pueda golpearle. Pero las garras de la bestia alada arrancan la armadura del hombro, peforandola e hiriendole. Bern se levanta corriendo y preparando su lanza cuando ve la escena de lucha entre una de las bestias aladas y el enano. Este ataca con su hacha pero la criatura es esquiva y consigue golpearle y agarrarlo, alzandolo en el aire. Bern sospecha que hará lo mismo que con la mula asi que ataca con fiereza el costado de la alimaña. La lanza se clava de forma brutál ,la bestia profiere un grito inhumano y suelta al enano. La lanza cae a un lado y Bern decide coger al enano y entrar a la guarida.
Un precario vendaje tapona la herida mientras los demás llegan. Preparan salir espalda con espalda para que no puedan atraparles pero las bestias parecen haber desaparecido y salen a recuperar algo del equipo de las mulas. Afortunadamente las otras dos mulas se han guarnecido en un recodo con arboles y no han perdido nada del material. Sin embargo la imagen del mutilado cuerpo de la otra montura provoca una tirada de Corrupción. Ese misma tarde bajan las colinas para volver al camino que lleva hasta Framsburgo.





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