jueves, 1 de noviembre de 2012

Capitulo 2. "Pos nos ha quedao mejor de lo esperao"

 Tras varias tiradas extraordinarias en exploraciòn consiguen encontrar un rastro debil que les lleva a la falda de las montañas de los elfos un poco mas al norte de los salones del rey Thranduil. Una recia puerta de piedra toscamente tallada les confirmaba que una cueva de troll tenia ahì su guarida. Centenares de huesos de diferentes animales desperdigados por los alrededores confirmaba que el troll anduvo un tiempo por la zona.
Inspeccionaron la puerta y su cerradura un buen rato hasta que Violeta Bolsòn dispuso de hacerla saltar sin correr peligro. Tirada extraordinaria y la puerta se mueve con un sonoro crack para moverse a un lado con un leve empujòn. Un hedor putrido y ponzoñoso que salìa del cubil hizo volverse al grupo para no vomitar.
El mal del dragon hizo acto de presencia en el corazòn del hombre y la hobbit y engatusaron al elfo para que se quedase a vigilar. Rebuscaron hasta dar con un cofrecillo entre escombros de basura sin valor alguna. Usaron las llaves encontradas en un jergòn de paja mohosa y se repartieron varios lingotes de plata por valor de 2 puntos de tesoro para cada uno y uno para el elfo.
Horas despues, tras explorar con mas cautela, advierten un movimiento en las rocas mas allà de los arboles mas altos. Se emboscan y localizan un hombre que parece vigilar la entrada de una cueva en plena roca.
Bern calculò sus posibilidades y empezò a trepar por la pared de la montaña para caer sobre el guardia desde una posiciòn elevada con tan mala suerte (ojo de Sauron) de despeñarse entre pedrolos y alertar al guardia, por suerte el elfo se habia preparado un disparo cojonudo con el arco y despachò al tio.
Arrastran el cuerpo hasta un recodo y trazan un semi-plan. La hobbit entrarà y echarà un vistazo para valorar las posibilidades de un ataque frontal y berseker.
La mala suerte hace que el relevo del guardia se cruce con la hobbit en el pasadizo al interior pero al menos no lleva antorcha o luz que descubra su presencia. Violeta se pega a la pared, el mango de la espada del tio golpea la cabeza al pasar por su lado y una lagrima de dolor contenido cae por la cara de la hobbit. Este sigue hasta la salida y ve al elfo saludando mas allà de la salida, asi que corre con su espada cruzando el umbral sin cuidado. Bern totalmente prevenido lo empala como si fuera un torete y lo deja listo de papeles.
El mal del dragon vuelve a azotar a Bern que apremia al elfo a vigilar la entrada mientras saquea los dos cuerpos de los bandidos abatidos mientras musita-"Este elfo no aprende, jejeje-".

Violeta sigue con su exploraciòn hasta dar con una sala mas grande donde 4 bandidos beben y preparan planes futuros. Aprovecha que las paredes con cortinajes y tapices estan algo mas a oscuras para llegar al fondo de la sala. Pero un repiqueteo lejano le hace pararse. Està muy nerviosa de lo que pueda encontrarse asi que decide que lo mejor sera sacar a esta gente provocando humo en la caverna. Tira una lampara de aceite a los jergones de paja que hay tras los cortinajes provocando un fuego descontrolado. Los bandidos intentan apagar el fuego pero la poca agua y que dos de ellos estan tan borrachos que intentan apagar las llamas con sus propios cuerpos hace imposible apagarlo. Dos de ellos (los que no estaban gritando de dolor quemandose, esto es importante) ven a Violeta correr a la salida y salen tras ella, con tan mala pata de tropezarse y que uno de los bandidos le mida el lomo con una clava. Por suerte el otro resbala y golpea con una piedra su pie que le hace ver todas las constelaciones de estrellas, cayendose junto a Violeta y gritando como si no hubiera un mañana. Este follòn alerta a Bern y al elfo que se meten a toda leche por el pasadizo y empitonando con la lanza al de la clava que cae de un toque.

Mientras, en el suelo, se desata una lucha a mordiscos y cuchilladas entre el bandido (ahora con una sandia por pie) y Violeta que se muestra como una fiera corrùpia mordiendo al rival y pinchandole con la daga en el costado cual gitano. Viendose perdido y al fuego avanzar hacia la salida desiste y se rinde. Lo levantan y salen fuera a contemplar la obra piromatica de la hobbit.
Lo que no esperaban era ver saltar cuerpos envueltos en llamas, precipitandose a una muerte segura estrellandose contra piedras. El subterraneo parecìa llevar a algùn pasaje mas arriba donde los desesperados se arrojaban por una abertura para no morir carbonizados.
 Constataron que entre los cadaveres de bandidos y maleantes, habia mujeres y algun niño.
La congoja y la desesperanza hizo mella en sus almas y corazones por la terrible imagen (pero solo un poco).
Varias patrullas de elfos se personaron poco despues debido a la columna de humo que se veìa a mas de 10 leguas. Iban de aquì para allà entre los cuerpos calcinados con caras desencajadas por la tristeza y la incomprensiòn.
Bern entonces les relatò "su forma" de ver lo que habia sucedido, la derrota de los bandidos y como su lider, cobarde y viendose rodeado prefiriò prender fuego al subterraneo llevando a los prisioneros a una muerte segura. Todo esto acompañado con las risas histericas de la hobbit (atribuidos por Bern a los nervios y una leve perdida de cordura) y los llantos desconsolados del elfo que los acompañaba.

Cuatro dias despues llegaron a Ciudad del lago, donde fueron recompensados por el contacto del elfo, que prefiriò callar y cobrar, a chivarse y "cobrar". Acto seguido decidiò volver al Bosque Negro de donde jurò que no saldrìa en mucho tiempo. Por lo menos, por lo menos hasta que los otros dos esten bajo tierra vamos.